jueves, 3 de noviembre de 2011

VIOLINES EN EL CIELO

La emotiva película de alto contenido humano Violines en el cielo (Ukuribito/The Departures) trata una historia sobre esta temática en forma magistral. La aceptación de la muerte con el amor y disciplina propia de los orientales, para que en la supuesta vida del más allá se prosiga con valores.

Un drama fílmico que merece elogios por la forma como plasma las emociones humanas ante lo irremediable, por su banda sonora de música clásica, su simbolismo extraordinario con la muerte como reconciliadora de conflictos emocionales, el baño purificador, las piedrecillas impregnadas de mensajes que se intercambian y el vuelo de los gansos que se desplazan como los recuerdos.




Su argumento narra las vicisitudes de Daigo (Masahiro Motoki) que al disolverse la orquesta donde se desempeña como violonchelista, se dirige a su pueblo natal con su esposa y consigue trabajo como aprendiz de nokanshi, al inicio se siente impuro y sucio por estar en contacto con cadáveres y enfrenta la inexperiencia y el rechazo de su oficio ante la sociedad, pero aún así lo hace con dignidad hasta sentir la importancia de su labor porque aprende a tocar cada cuerpo yerto con la misma armonía que tocaba el chelo y comparte los complejos sentimientos que se producen ante la pérdida irreparable de un pariente amado.

Título Original: Okuribito
Tìtulo en Inglés: Departures
Director: Yojiro Takita
Intérpretes: Masahiro Motoki, Tsutomu Yamazaki, Ryoko Hirosue, Kazuko Yoshiyuki
Año: 2008, Regent Releasing
Género: Drama
Contenidos Específicos: Desnudo parcial, una relación sexual marital implícita, temas relacionados con la muerte, la homosexualidad y el abandono parental.
Clasificación MPAA*: PG-13 (Los padres son fuertemente prevenidos de dar una guía especial y atender a niños menores de 13 años; algún material puede ser inapropiado para ellos.)
*MPAA: The Motion Picture Association of America






Mi opinión: Con parsimonia, sin sobresaltos, entre el drama y toques de fina comedia, Violines en el cielo transita con la fórmula exacta del buen cine, mientras la óptima caracterización de personajes resume su filosofía sobre la vida y la muerte, novedosa para algunos de nosotros. Es una película acariciadoramente sabia.

Como relato, su fuerza reside no solo en la desenvuelta expresión de sus imágenes, sino también en el sustrato de las buenas actuaciones y en la estructura coherente y lógica de sus ideas, a partir de lo específico de su tema que es pendular entre la unión dialéctica del vivir y el morir. Solo que esta película, en su trama, es mucho más que sus propias imágenes. De ahí su carácter de fábula.

De verdad es valioso este tipo de cine. Por su riqueza conceptual. Sus diálogos no son en vano.
De allí que, dentro de su jocosidad bien dosificada y dentro de su tensión dramática, se filtra y se puede apreciar un tierno tono poético, ajustado y preciso, por lo que el filme se acerca a un sentido universo de seres humanos en su más pura naturaleza.

Una cinta cargada de sensibilidad que sensibiliza.

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