lunes, 11 de febrero de 2013

AMISTAD



 Año 1839. Los esclavos que transporta el barco español Amistad, encabezados por Cinque, se amotinan y exigen ser llevados de vuelta a África. Pero la nave acaba recalando en aguas estadounidenses. Comienza un juicio donde pesan los cargos de asesinato, además de la reclamación de la propiedad de los esclavos por parte de un terrateniente, al que apoya la corona española. Un grupo de abolicionistas se hace cargo de la compleja defensa, viendo una ocasión de oro para avanzar en la supresión del comercio con seres humanos.



Año: 1997
País: EE.UU.
Dirección: Steven Spielberg
Guión: David Franzoni
Música: John Williams
Fotografía: Janusz Kaminski
Distribuye en otros formatos (DVD): Paramoun






 El director asume la responsabilidad de provocar la reflexión del espectador . No deja de ser paradójico que él y George Lucas recuperaran el cine de aventuras cuando nadie lo cultivaba, y que ahora que abundan los films de simple entretenimiento sea Spielberg el que proponga temas que apelan a la conciencia.

Como todos los filmes de Spielberg, Amistad es muy visual; magnífica es la fotografía de fuertes contrastes, en que los personajes parecen bañados en luz. Y la historia, auténtica en sus líneas maestras, interesa. Quizá sea algo larga, con alguna caída de ritmo, y algún personaje poco desarrollado, como el de Morgan Freeman. Pero magníficas ideas de guión mantienen la atención. Por ejemplo la secuencia de apertura con esa maravillosa fotografía azulada es magnífica, utilizando el primerísimo primer plano en que nos muestre la angustia de Cinque por sacar el clavo que le apresa hasta narrarnos el motín por medio de elipsis a través de fundidos. El flashback que nos narra la vida de Cinque y todo su cautiverio hasta llegar a La Amistad está muy bien narrado, conteniendo en él escenas de lo más desgarradoras.

De modo que cuando los defensores, siguiendo los consejos del ex presidente John Quincy Adams –formidable Anthony Hopkins-, tratan de ver no 'cosas' sino 'personas' con su historia, y logran comunicarse, la perspectiva cambia de modo muy efectivo. También el paralelismo entre la odisea de los esclavos y el relato del Evangelio que cautiva a uno de ellos ayuda a dar un sentido a los sinsabores que padecen.


 ¿Dónde está el límite?

 Amistad ha reavivado el debate sobre el cine histórico: las libertades que se toma, las injusticias que puede cometer. Es un error polemizar sobre si España -y sobre todo Portugal- quedan muy mal, e Inglaterra demasiado bien. Y que se apele a otros sucesos históricos para orquestar una defensa. Ésta es una película sobre el horror de la esclavitud -como La lista de Schindler lo era sobre el del holocausto-, y los extremos de degradación a que puede llegar el ser humano.Claro que “Amistad” posee una gran carga de buenas intenciones y objetivos, y es que la película más que un fresco histórico es un alegato a favor de los derechos humanos.



Controversia.

El film pretende conseguir una revancha histórica demostrando lo malos que eran los españoles  traficando con esclavos mientras los americanos luchan por la abolición de la esclavitud y los defienden. Lo mismo de siempre digamos. La representación histórica que roza el ridículo de personajes históricos como Isabel de España, una niña de 11 años que juega con muñecas y cuya presencia en pantalla no ayuda para nada al metraje, Más bien puede entrar en ese cine, tan abundante, de cine histórico artificioso, o sea que utiliza la historia para contar su propia historia. Si antes he citado que la película posee dudosa rigurosidad histórica si juega brillantemente con la historia utilizando el caso de los africanos como antecedente a la posterior guerra civil.

El personaje principal, Cinque, es un guía para su pueblo, el hombre al que todos siguen y atienden. Sin embargo este rasgo en la película pierde mucha fuerza en el momento en que Cinque comienza a hablar con Baldwin y a entender lo que le dice sin necesidad de intérprete, como si el africano hubiera aprendido solo escuchando a sus captores, rematado con su cambio de personalidad, de repente es un hombre fiero y brusco y a la mínima de conocer a Baldwin posee una excelente cortesía. Eso es artificial, pero es que llega al absurdo con ese momento en que Cinque se levanta y grita “Libre a nosotros”, consiguiendo que algo supuestamente emotivo sea fantasioso.

 Por otra parte contiene secuencias que si bien pueden parecer interesantes resultan innecesarias, como la visita a la goleta en que Joadson queda atrapado entre cadenas, rememorando lo que sufrieron sus antepasados y temiendo que le ocurra. Buena escena que queda como anecdótica. La duración no ayuda mucho, siendo la parte del abogado Baldwin bastante prescindible.



El guión corrió a cargo de David Franzoni (que luego volvería a jugar con la historia en “Gladiator”), quien comete el terrible fallo de introducir elementos supuestamente cómicos (la reclamación de los esclavos por distintas personas) que alcanzan el absurdo. Lo que hay que remarcar en esta película es la excelente fotografía de Janusz Kaminski, dotando a la película de unos colores vivos y puros incrustados en una oscuridad prominente a lo largo del metraje. La música de John Williams vuelve a estar a la altura componiendo un canto triste que evoca el país africano así como uno más alegre para el triunfo de los esclavos.
 El reparto está lleno de figuras de primera fila que desgraciadamente tienen menos peso del que parece.


 Un film fallido dentro de la filmografía de Spielberg, que, aún poseyendo secuencias muy buenas, queda por debajo de lo que es capaz. Lo Mejor: La fotografía. Algunas secuencias realmente sobrecogedoras. Su discurso a favor de los derechos humanos.

Fuentes:  http://cinemadreamer.wordpress.com/2008/05/15/amistad-de-steven-spielberg/
http://www.decine21.com/Peliculas/Amistad-2790

No hay comentarios:

Publicar un comentario